07 junio, 2007

Sexto día > Ponferrada a O' Cebreiro > 59 kms.


Viernes, 7 de Mayo de 2004

Si llegamos a Santiago, que espero que sí, el tío Santiago y yo vamos a tener unas palabritas. Parece una broma de mal gusto que de los siete días que llevamos empeñados en la aventura, ni uno solo, haya dejado de martirizarnos.

Salida desde el albergue de Ponferrada.- El escocés, que tenía prohibido fumar en el coche, aprovecha los momentos previos a la salida.

Hoy fue todo más o menos bien hasta Villafranca del Bierzo. Antes, en Cacabelos, nos detuvimos para ver un antiguo hospital, ahora restaurante y fábrica de envasado de pimientos, el cual tiene en su interior una típica “palloza”, especie de cabaña cónica con el techo de paja. La palloza, reformada claro está, ahora es una tienda típica.

En Villafranca, os digo, mientras sellamos la Credencial en la propia iglesia, el cielo se encapotó y comenzó a soltar, a ratillos, chubascos helados. Salía el sol, nos engañaba, aligerábamos ropa y..... volvía a soltarnos una rociada que nos pillaba en bragas y, en consecuencia, nos calaba hasta los huesos. El viento helado, luego, hacía el resto.


La etapa, como acordamos, la hemos hecho junto a los chicos de Valladolid. La experiencia, personalmente, no me ha parecido muy buena. Cuanta más gente, más desacuerdos y más puntos de vista. He hecho lo posible por confraternizar (no seáis malos, he escrito confraternizar) con Mónica, pero hay algo que no termina de cuadrar. Tiene 28 años, pero cara y cuerpo de niña de 16 (por el Apóstol lo juro). Terminó Forestales hace tres años y está en el paro. Es bonita pero........... eso, que no.


Al llegar a Las Herrerías nos dividimos en dos grupos: Uno, de bicicleros, decide subir O’ Cebreiro a golpe de pedal; otro, compuesto por Julián, Monica y el que escribe, decidimos subir a pie por el antiguo Camino. 

Los de las bicis me contarían luego que les fue mal, muy duro, pero lo del Camino a pie ha sido horroroso. 
Les sitúo: 9 kms. de camino con un piso infernal (ya podía arreglarlo la Junta de Castilla y León), 1º de temperatura, ventisqueando a ratitos, pendientes que no las suben ni las cabras del Pedro, y barro para llegarnos a las pestañas, por lo que el avanzar se hizo muy penoso. Cuando casi coronamos (aún no me lo creo), volví la vista atrás y un hueco a través de las nubes me mostró de donde veníamos. Impresionante, pero cuando el cuerpo se tiene tan castigado se está para poca lírica. 
Al llegar a O’ Cebreiro nos estaban esperando los bici-peregrinos. Todos teníamos la misma cara; descompuesta. Hasta El Escocés, que venía en el coche nos miraba sorprendido. Al cruzarme con su mirada leí perfectamente que estaba pensando que éramos gilipollas. Y además tenía razón.

Para terminar de hacernos el favor, en el albergue no daban cobijo a los bici-peregrinos, así que, antes que nada, de urgencia, debimos buscar un hostal (El Pazo), donde nos dimos una ducha caliente para saber que seguíamos vivos. Cuando estábamos bajando a Piedrafita de O’ Cebreiro, que era donde estaba el hostal, serian las 4’30 de la tarde y el coche tenía que circular con el alumbrado de niebla encendido. Eso les dará una idea de la peregrinación lúdico-festiva que estábamos haciendo.


En el hostal nos esperaba el peregrino Carmona, que había decidido volver desde Almería para hacer las últimas etapas con nosotros. ¡Como una cabra!, el tío. En desagravio por habernos abandonado el primer día nos trajo de regalo un equipo completo de ciclista para cada uno, eso si, con la condición que nos hiciéramos una foto con él cuando llegásemos a Santiago.


Estoy muy cansado, no termino de quitarme el frío y añoro mi sur, tan cálido y tan querido. Esta tarde estoy necesitado de abrazos, de acurrucarme en el regazo de quien me quiere, hacerme un ovillito y dejar pasar el tiempo.
¡Ojalá, mañana salga el sol!.
.
-Mortos andábamos ya pero, que remedio, la necesidad obliga; había que seguir.

No hay comentarios: